Evolución de una colección cartográfica

En la Biblioteca Municipal de Coimbra se hizo, recientemente, el descubrimiento de una importante colección de cartografía antigua. Se trata de un universo esencialmente construido con imágenes del siglo XVIII del que no se tenía referencia1. Los mapas abarcan un conjunto de 550 ejemplares grabados y un solo manuscrito, y aparecen separados en series o en atlas, en varias escalas (Figura 1)2. Representan sobre todo Europa y sus antiguos dominios coloniales, particularmente, el continente americano.

Prevalece el núcleo de atlas: Atlas universel de Gilles y Didier de Vaugondy, 1757 (99 mapas); Atlas de toutes les parties connues du globe terrestre3 de 1780 (50 mapas); Atlas encyclopédique, de Rigobert Bonne, 1787-1788 (140 mapas)4; Atlas Russicus, de la Academia Imperial de las Ciencias de San Petersburgo, 1745 (20 mapas)5; Atlas de la Lombardie (22 mapas), Atlas Silesiae, de Johann Wolfgang Wieland, 1750 (21 mapas); y el Atlas de la Monarchie Prussienne, de Edme Mentelle, 1788 (10 mapas).

50_06_01
Figura 1. Carta delle quattro gran rotte di posta con le poste di traversa né regi stai di quá dai mari (s.f.). Fuente: Biblioteca Municipal de Coimbra, LA-C-5(3)-BMC-13178.

El núcleo de series cartográficas está formado por 18 títulos que recogen el espacio geográfico europeo6. La escala local también está presente en mapas hidrográficos de fajas litorales y plantas urbanas de algunas ciudades europeas. La cartografía portuguesa se encuentra representada por los Mappas das provincias de Portugal (1762) de João Silvério Carpinetti, obra destinada a la divulgación entre el gran público.

El principal núcleo de mapas se encuentra reunido bajo la forma de un atlas facticio7. Esta colección representa un universo de 322 mapas dispuestos en 9 volúmenes y revela el empeño del compilador de reunir el mayor número de documentos con la finalidad de organizar una obra única. Se desconoce a quien perteneció esta obra y cómo llegó a la Biblioteca Municipal de Coimbra. Su antiguo dueño recopiló este conjunto de mapas con la designación de Atlas universel imitando el título de la obra de Gilles y Didier Robert de Vaugondy, cuya primera página y hojas preliminares con informaciones sobre la subscripción sirven de apertura al volumen primero. La obra, muy parecida en su aspecto físico entre los diferentes volúmenes, retrata la realidad geográfica europea en los primeros 7 volúmenes, y la asiática y americana en el noveno y décimo. Falta el volumen octavo, previsto en el índice general8.

El análisis de este atlas facticio permite observar que se elabora en tres momentos distintos. El núcleo inicial que sirve de estructura a la organización del conjunto es el de los mapas de Gilles y Didier Robert de Vaugondy que pertenecen a un ejemplar del atlas de 1757, y están diferenciados de los restantes por el título puesto en el verso del mapa con escantillón.

En un segundo momento, el antiguo dueño elaboró e incluyó en cada volumen un índice manuscrito y añadió un nuevo conjunto de mapas, señalándolos asimismo en el verso, a mano. Sabemos que hubo un tercer momento, porque los mapas que se intercalaron en esta fase no figuran en el índice, no se encuentran identificados en el verso y no forman parte de la numeración secuencial del mismo9. Del atlas facticio se retiraron, por motivos desconocidos, las cartas: Amérique Septentrionale, Amérique Meridionale, Archipel des Indes Orientales, Asia Mineure e Partie de la Mer du Nord10.

Cuando se inaugura la Biblioteca Municipal de Coimbra, en 1922, este núcleo cartográfico no existía. Hace su entrada en la institución debido a “oferta, incorporación y compra”. Hoy conocemos la composición del acervo primitivo por el “inventario de 1922”11, documento que forma parte del fondo documental con el que la Biblioteca Municipal de Coimbra inicia su historia institucional. De las 2340 obras catalogadas provenientes de la “biblioteca legada por el Dr. Henriques Seco, con los libros obtenidos por el cargo que ocupó en 1910 y con el rico expolio de pergaminos y manuscritos del archivo municipal”12, registramos solo una referencia cartográfica, el “Atlas y elementos de geografía por Bertholon (1 vol.)”, a la vez que otras obras de temática geográfica.

El director José Pinto Loureiro viendo, por un lado, un acervo bibliográfico insuficiente y, por otro, que se desajustaba al público al que se destinaba, decide hacer gestiones para recoger libros donados, ya que se ve sin los recursos necesarios13. Sabemos que su esfuerzo dio frutos. Efectivamente, entre el 15 de diciembre de 1922, fecha en la que se redactan los documentos de apertura de los libros de registro del fondo bibliográfico14, y la fecha de la inauguración de la Biblioteca, el libro de “Registro de obras donadas”, que retoma la secuencia del “Inventario de 1922”, mencionaba las donaciones de beneméritos. Asimismo, por medio de una comisión de amigos de la Biblioteca se organiza una suscripción pública para comprar las obras de la Biblioteca de Joaquim Martins de Carvalho (1822-1898), fundador y director del periódico O Conimbricense que salió a subasta en febrero de 1923. De esta suscripción se origina en la Biblioteca Municipal de Coimbra la Estantería Martins de Carvalho en cuyo inventario no hay obras de cartografía. Un año más tarde, entre el 31 de marzo y el 16 de abril, la biblioteca del primer Conde do Ameal sale a subasta y de esa fecha registra la Biblioteca Municipal de Coimbra la donación de la primera obra cartográfica del setecientos, el Atlas encyclopédique15.

A pesar de las dificultades económicas, la Biblioteca Municipal de Coimbra compra el Atlas de toutes les parties connues du globe terrestre16. La obra está registrada en marzo de 1927 con el nº 9522, con la indicación “5,00 Pg”, y se obtiene en la subasta de la biblioteca particular de Ricardo Simões dos Reis (1846-1919), notable profesor de enseñanza normal y secundaria.

En la década de 1930 la Biblioteca Municipal de Coimbra inicia una nueva etapa de su existencia al recibir obras del Arquivo das Congregações17 y al convertirse en beneficiaria del Depósito Legal (DL), por Decreto nº 16673 del 1 de mayo de 1931 lo que le lleva a una reestructuración del registro del fondo bibliográfico. A partir del 13 de mayo de 1931, las obras que dan entrada en la Biblioteca Municipal de Coimbra por medio de compra, donación o incorporación del DL se identifican en el libro “Registro de obras entradas”, el cual reúne los tres libros de registro anteriores que se habían abierto en 1922.

En lo referente al atlas facticio, se registra en el libro “Obras incorporadas”18. En un principio se pensó que se trataba de una obra proveniente del Arquivo das Congregações, debido a la ausencia de marcas de pertenencia manuscritas o de sellos, lo que indicaría que no hizo su entrada por donación o compra. Sin embargo, se comprueba que la entrada de obras por esta vía sólo se realiza a partir del 25 de junio de 193119, pero el registro de este atlas se hace en fecha posterior al 28 de noviembre de 1930 y anterior al 13 de mayo de 1931.

La Biblioteca Municipal de Coimbra señala el mes de abril de 1943, con la adquisición de una parte de la biblioteca particular del poeta conimbricense Manuel da Silva Gaio (1860-1934)20 que supuso la compra de 520 obras, entre las que había monografías, publicaciones periódicas y 5 atlas, uno de los cuales el Atlas de la monarquie prussienne21. El resto de la biblioteca, compuesta por 1488 obras fue consignada en depósito. La transferencia definitiva de la propiedad de la “Biblioteca Silva Gaio” a la Biblioteca Municipal de Coimbra se da, en una sesión solemne de homenaje, el 6 de mayo de 196722.

La obra Mappas das provincias de Portugal dio entrada en esta biblioteca debido a la compra a Augusto da Costa Martins (1865-1945) en octubre de 1951, con registro nº 95498. Al hacerse la compra de una biblioteca constituida por 16000 ejemplares, la Biblioteca Municipal de Coimbra pasa a disponer de un fondo bibliográfico significativo para préstamo domiciliario.

Una vez explicada la manera como estos mapas antiguos pasaron a formar parte del fondo documental de la Biblioteca Municipal de Coimbra, comentaremos cómo se realizó la tarea catalográfica. El tratamiento de los datos se hizo de acuerdo con las indicaciones prescritas en la ISBD(CM). Los registros, creados en el catálogo Antiqua, introducen un conjunto de puntos de acceso que son esenciales para recuperar el documento e interpretar los datos que presenta la fuente cartográfica. La información que se utilizó para la descripción se obtuvo del propio documento cartográfico y en fuentes externas y obras de referencia.

En cuanto al título, se respetó la grafía y las abreviaturas originales, y se cambió, sólo en caso necesario, el uso de las mayúsculas, minúsculas, signos ortográficos y de puntuación. Las marcas diacríticas, como elementos de abreviatura, se reprodujeron dentro de corchetes. Las autorías se han reproducido como aparecen en el ítem, incluyendo la referencia al cargo, estatuto y función que figuran junto al nombre de algunos cartógrafos y geógrafos. Las medidas antiguas, que aparecen en las escalas gráficas de los mapas, son la evidencia de que existía una gran diversidad de unidades utilizadas en la cartografía antigua. La conversión a su relación moderna se hizo en base a los valores de la tabla de equivalencias estipulados en la obra de Silva Marques (2001), editada por la Biblioteca Nacional de Portugal.

En cuanto al área de descripción física, las dimensiones corresponden a la dimensión de la matriz de impresión (al surco de la chapa), ya que las indicaciones de autor, muchas veces son las del grabador, numeración y referencias longitudinales aparecen en los márgenes superior e inferior, exterior a los límites de la escuadra. A pesar de ello, no fue posible saber la medida de la matriz de algunos mapas porque se encontraban recortados. En los casos en los que la fuente cartográfica incluye en su interior, mapas de detalle, de prolongación, enfoque y plantas, los datos se registraron señalándose, según el método de descripción bibliográfica basado en la división de la información descriptiva en varios niveles. En el primero, se da la información común al documento principal y en el segundo, la concerniente a la unidad concreta.

Cuando se trata de mapas que forman parte de obras más amplias, es decir, todos los documentos relacionados por un título colectivo, se ofrece la identificación o secuencia numérica dentro del conjunto.

Otro tipo de detalles también se tuvieron en cuenta y aparecen en la descripción. Se trata de información importante para el estudio de los mapas, como por ejemplo, referencia a las fuentes de su elaboración, meridianos de referencia y orientación, así como elementos figurativos y decorativos.

50_06_02
Figura 2. Los volúmenes durante las operaciones de conservación y restauración. Fuente: Biblioteca Municipal de Coimbra

En la última fase, se procedió al tratamiento físico de los ejemplares y a la transferencia del soporte. Las imágenes para el futuro catálogo de la colección son el resultado de la inestimable colaboración del Instituto Geográfico do Exército que, con su Secção de Fotografia Cartográfica, se asoció a este proyecto23. Antes de darse el proceso de digitalización, se realizaron operaciones de conservación y restauración (Figura 2). Los mapas se retiraron de su encuadernación para maximizar la calidad de la imagen capturada. Este núcleo cartográfico, a pesar de su fragilidad intrínseca, se encuentra en un estado de conservación satisfactorio24.

La península Ibérica y los mapas del siglo XVIII

En la Europa de la segunda mitad del siglo XVIII, la Cartografía se convirtió en ciencia de Estado, sobre todo a medida que este iba concentrando cada vez más poderes en sí mismo. Para las autoridades centrales o locales, civiles, militares o religiosas, la existencia de mapas pormenorizados les permitía conocer mejor las características y los límites de los territorios que administraban y ello hacía que su acción fuera más eficiente.

Con el objetivo de asegurar el bienestar y la “felicidad de los pueblos”, los gobiernos ilustrados promovieron una serie de reformas sociales y económicas, acometieron obras públicas, modernizaron la red de comunicaciones, cobraron impuestos de manera más eficaz y procedieron a reformas administrativas. Para ello se tuvieron que basar en mapas actualizados y realizados con las más recientes técnicas de levantamientos topográficos y trigonométricos del terreno.

Sin embargo, como ya había ocurrido en la primera mitad del siglo, no todos los estudios se realizaron satisfactoriamente. Así, algunos autores, sobre todo, franceses, como Guillaume Delisle (1675-1726), Jean Baptiste Bourguignon d’Anville (1697-1782), Phillipe Buache (1700-1773) y Nicolas Bellin (1703-1772), desarrollaron un método de elaboración cartográfica que combinaba el trabajo de gabinete, en el que eran especialistas, con la recogida de informaciones en el terreno. Se basaron en cuestionarios distribuidos por una red de colaboradores locales25. Más tarde, la información recopilada se trabajaba sobre la cartografía existente, haciéndose las correcciones y los ajustes necesarios para actualizar los mapas y hacerlos más precisos a los ojos de la Administración26. Por ello, muchos mapas se acompañaban de memorias descriptivas que, además de las tradicionales fuentes cartográficas e históricas, también se apoyaban en informaciones recogidas in loco por los colaboradores. Con esos mapas, los cartógrafos (o geógrafos), podían adoptar un discurso científico que hasta entonces no se había divulgado27.

El ambiente que se vivía de creación y expansión de los Estados, de desarrollo de las academias científicas, filosóficas y literarias, así como las convulsiones geopolíticas contribuye a hacer crecer un mercado muy competitivo de mapas actualizados. Esta es la razón por la que aumentan también los centros productores, aunque los editores y geógrafos franceses continuaron dominando los principales circuitos comerciales de Europa. Se establecieron relaciones comerciales entre las diversas empresas editoriales, lo que permitía que entre ellas circulasen con bastante rapidez los distintos mapas que se generaban.

Es necesario subrayar que este era el ambiente en que vivía Europa Central desde hacía muchos años, pero no la Península Ibérica, puesto que sólo en la segunda mitad del siglo XVIII se establece en Madrid el primer geógrafo-editor de mapas. Hasta entonces el comercio (divulgación, compra y venta) de mapas lo hacían los libreros o los marchantes de libros.

En el caso de Portugal, el mercado librero estaba en manos de algunas familias francesas oriundas de la región de Briançon, de la localidad de Monestier, que se establecieron en el país a partir de la década de 1720, desarrollando y ampliando lazos comerciales y familiares entre ellos. Los pedidos de los libreros franceses llegaban tanto por vía terrestre, como por mar a Lisboa y de allí a las demás ciudades portuguesas, continentales o ultramarinas, en las que también podían existir establecimientos comerciales y agentes de estas familias.

Sin embargo, los libreros no se dedicaron exclusivamente al negocio de los libros, sino que vendían también gacetas, estampas, papel, atlas y mapas28. Por ello, fueron suministradores y divulgadores de la cartografía impresa extranjera en el mercado portugués, compuesto esencialmente por nobles y clérigos ilustrados, diplomáticos, gobernantes y militares. Muchos de los ejemplares de esa época se encuentran hoy en las bibliotecas públicas y privadas del país, como en la Biblioteca Municipal de Coimbra.

Entre los Atlas setecentistas que componen la colección de cartografía de esta institución se destacan particularmente el facticio “Atlas Universel”, compuesto a partir de un núcleo formado por los mapas que integraban el Atlas Universel de 1757 de la familia Vaugondy, el Atlas Encyclopédique de Rigobert Bonne, editado originalmente en dos tomos, de 1787 y 1788, y los Mappas das Provincias de Portugal de João Silvério Carpinetti de 1762. Ablaremos con brevedad sobre estas obras y sobre las imágenes de la Península Ibérica que en ellas se encuentran.

Los miembros de la familia Vaugondy – Gilles Robert Vaugondy (1688-1766) y su hijo y sucesor Didier Robert de Vaugondy (1723-1786) – iniciaron su actividad de geógrafos y editores de mapas en 1731, año en el que Gilles heredó de su tío Pierre Moullart-Sanson, nieto del primer geógrafo del Rey de Francia, Nicolás Sanson d´Abbeville (1600-1667), tanto el espolio cartográfico, como el taller de grabado y de impresión y la tienda de venta al público en París29.

Desde ese momento inicia una exitosa carrera editorial de mapas y de atlas, de la que destacamos el Atlas Portaif Universel et Militaire de 1748, seguido de una versión más completa en 1749, ya con la colaboración de su hijo Didier que se distinguía por la producción de globos terráqueos y celestes, y que le valió, tal como le ocurrió a su padre, el sobrenombre de “Géographe ordinaire du Roy”.

Los mapas que produjeron los Vaugondy, entre 1749 y 1757, se reunieron más tarde en un solo volumen, en un conjunto de 103 mapas (o 108, según las versiones) que formaban parte del Atlas Universel, su obra prima, editado en colaboración con el famoso librero e impresor Antoine Baudet (1717-1787), cuya casa comercial mantenía relaciones comerciales con la Península Ibérica30. En esta época los lectores también podían adquirir los mapas sueltos o en pequeños conjuntos.

Se prestó un cuidado especial a la calidad de las estampas y de la impresión, tanto de los mapas como de las cartelas, y para ello los autores se valieron de los mejores técnicos parisinos, entre los que destacamos a Guillaume Delahaye (1725-1802), un famoso grabador especialista en temas geográficos y topográficos31.

Para obtener financiación para el proyecto y al mismo tiempo garantizar el éxito editorial, Baudet decide hacer una suscripción. Así, con 694 suscriptores, consigue la impresión de 1100 ejemplares del atlas (posiblemente el límite máximo de impresión de las diferentes planchas), en dos tipos: versión reducida o Petit Papier, que se vendía a 96 libras y cuyos mapas eran de 51 x 67 cm (se vendieron 517 ejemplares); y la versión mayor o Grand Papier, vendida a 120 libras con mapas de 56 x 78 cm (con 601 ejemplares reservados). En el caso de la versión grande, los suscriptores podían adquirir también cinco mapas temáticos extra con el tema de los correos y postas de Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y la Península Ibérica, lo que hacía subir un poco más el precio final del atlas32.

La lista de subscriptores permite comprobar que la mayoría eran libreros o comerciantes de libros y sus pedidos permitían abastecer el circuito comercial de reventa. Entre los aproximadamente 700 compradores constan tres nombres que están relacionados con Portugal y cuyos pedidos fueron de la versión Grand Papier. El primero, con el número 91 de la lista, es “M. de la Cerda envoyé de Portugal en France”, seguramente se trataba de José Galvão de Lacerda que ostentaba el puesto de Enviado y Encargado de Negocios de Portugal en París, de 1750 a 175633. Los otros dos nombres son de libreros establecidos en Lisboa: “M. Reycend” con cinco subscripciones (números 355 a 358) y “M. Gendron” que encargó 6 versiones de las pequeñas34.

Pedro Gendron era un librero natural del Delfinado que, como otros compatriotas suyos, se estableció en Portugal en el siglo XVIII. Además de mantener relaciones de trabajo, estaba emparentado con los libreros franceses Dubeux, Aillaud, Rolland y los Bonnardel. En la década de 1740, Pedro Gendron se asocia con Joseph Reycends, aunque esta relación sólo duró hasta 1752. Se cree que fueron los hermanos Dubeux, libreros franceses en Coimbra, y Joseph y Antoine Laurent Bonnardel los que compraron el espolio de la sociedad librera. A partir de entonces Pedro Gendron se establece como editor en París aunque nunca pierde su relación con Portugal, siendo el responsable por la edición de varios mapas, algunos de los cuales reunidos en un atlas editado en dos volúmenes: Atlas o Compendio Geographico del globo terrestre, dividido en imperios…, de 1756, y Atlas o Compendio Geographico, Parte Segunda, que comprende las Provincias de España y América, de 1758. El primer volumen se realiza en colaboración con Juan Manuel Girón utilizando mapas de Robert Vaugondy.

En el Atlas Universel son ocho las imágenes de los varios reinos peninsulares compuestas por Gilles y Didier Vaugondy, todas ellas datadas entre 1750 y 1752. El mapa Hispania antiqua in tres praecipuas partes es el primero de tres mapas del conjunto de la Península Ibérica en su versión más completa35. Todos los ejemplares de los mapas de la Península se realizaron a partir de la misma base cartográfica. La red hidrográfica y el relieve, representado de manera pictórica, son el marco natural en el que el autor Didier Vaugondy identifica las principales poblaciones y sus respectivos topónimos en latín, así como los límites de las tres provincias de la Hispania romana, según la división de Augusto: Baética, Lusitania y Tarraconensis. También se presentan las respectivas subdivisiones internas en conventi jurídicos. En el título del mapa se indica la principal fuente de información que se consultó para la composición: el mapa Antiquorum Hispaniae episcopatuum geographica descriptio de Nicolas Sanson d´Abbeville de 1640.

A su vez, la imagen moderna de la Península Ibérica que se presenta en el mapa Royaumes d´Espagne et de Portugal es de la autoría de Gilles Robert de Vaugondy, el cual en 1748 ya había editado un mapa peninsular para incluirlo en su Atlas Portatif Universel et Militaire. El autor, sobre la misma base cartográfica compuesta por una red hidrográfica bastante completa y relacionada con el relieve, establece los límites de las principales entidades territoriales. Un dato curioso es que sólo Portugal y Vizcaya (País Vasco) presentan la subdivisión provincial interna. La toponimia escrita en francés es abundante y completa.

A estas dos imágenes generales les suceden otras de mayor escala en las que figuran los principales reinos de las monarquías ibéricas. Así, la Corona de Castilla se presenta en dos hojas: la Partie septentrionale de la Couronne de Castille y la Partie meridionale des etats de Castille por Didier Robert de Vaugondy. Con todo, no se trata de una nueva imagen, sino de una recomposición y actualización de los mapas de Nicolas Sanson d´Abbeville. Uno de ellos datado de 1652 con el título Les Etats de la Couronne de Castille, dans les parties plus Septentrionales de L´Espagne…, y el otro, de 1654, Les Etats de la Couronne de Castille Dans les Parties plus Meridionales

La representación cartográfica del reino de España se completa con el mapa Etats de la Couronne d´Aragon… En él Didier Robert Vaugondy representa los territorios de Navarra, Aragón y Cataluña, dejando una nota marginal para el lector de que no se incluía el Reino de Valencia debido a la escala del mapa, pero que figuraba en la parte meridional del Reino de Castilla. Al igual que ocurre con otros mapas de los territorios de España es muy probable que, para componer este mapa, los Vaugondy se hayan basado en los de Sanson del atlas Cartes Generales de toutes les Parties du Monde de 1658.

Finalmente, el Reino de Portugal se representa en un mapa de dos hojas, Partie septentrionale du Royaume de Portugal y Partie méridionale du Royaume de Portugal. Tras la reedición en 1730 del mapa de Portugal de Sanson (1654) y también de un nuevo mapa en dos hojas de menor dimensión para incluirse en el Atlas Portatif Universel et Militaire en 1748 y 1749, los Vaugondy editan una nueva imagen de Portugal en 1751.

Este mapa presenta el territorio portugués dividido en provincias y cada provincia se halla subdividida en “Territoires”. Consta el mapa de una extensa red hidrográfica y se destaca por incluir una abundante toponimia. Las poblaciones se encuentran clasificadas por jerarquías marcadas con símbolos gráficos. Estamos una vez más ante la presencia de un mapa que resulta de la recopilación de fuentes cartográficas pre-existentes y que no aporta ninguna novedad desde el punto de vista de la imagen cartográfica de Portugal. Los Vaugondy tomaron como base el mapa de Pedro Teixeira de 1662 y, a partir de ahí, componen su propio fondo de mapa que cubren en gran parte con la información proveniente del mapa de Sanson (1654).

El atlas facticio de la Biblioteca Municipal de Coimbra se compone también de cinco imágenes de la Península Ibérica, todas ellas editadas posteriormente a 1757 y sin cualquier relación con el Atlas Universel de Boudet-Vaugondy. Dos de esos mapas son del geógrafo español Tomás López (1730-1802) en los que se representa el País Vasco: el Mapa de la M.N y M.L. Provincia de Guipúzcoa y el Mapa del M.N. y M.L. Señorío de Vizcaya36. En las leyendas “explicación de las señales” se identifican diversas Órdenes Religiosas y se distinguen varias categorías de poblaciones. La escala gráfica es de “una hora de camino o 20 al grado”. El relieve se representa en perfil sombreado y la red hidrográfica muy completa, así como la toponimia que es muy abundante. Se indican los límites internos de las provincias.

En el título del mapa de Vizcaya, se indica que, para su composición, se tuvieron en cuenta varias fuentes manuscritas, en particular las informaciones sobre el País Vasco compuestas por Guillermo (William) Bowles, naturalista y geólogo irlandés contratado por Antonio de Ulloa para dirigir el Gabinete de Historia Natural de Madrid para dinamizar la actividad minera en España. Bowles publicó la Introducción a la Historia Natural y a la Geografía Física de España en 1775, la cual tuvo gran difusión en la época37.

A pesar de no haberlo referido el cartógrafo, es probable que una de las fuentes para la composición del mapa de la Provincia de Guipúzcoa38 haya sido la Carte générale des Monts Pyrénées et partie des royaumes de France et de Espagne, realizada por los ingenieros franceses Roussel y La Blottière en 1730.

En la colección también existe un mapa de Portugal de Sébastien Longchamps (1718-1793) titulado El reyno de Portugal subdividido en muchas provincias… con fecha de 1762. El mapa representa el reino de Portugal dividido en seis provincias y una gran parte del territorio español limítrofe. El conjunto parece haber sido adaptado de un mapa anterior de la Península Ibérica. El contexto en que se realiza este mapa se relaciona con la Guerra Fantástica de 1762. Por ello, se da destaque en la leyenda a tres símbolos militares: “Ciudad o plaza fuerte”, “Castillo fuerte” y “Castillo”39. El autor distingue también las archidiócesis, las diócesis, las universidades y las ciudades.

El título y la dedicatoria al rey Carlos III de España, que se encuentran en una cartela, se compusieron en castellano. Se indica en el propio mapa que se podía adquirir tanto en Madrid (en el establecimiento Barthelemy), como en París, en la casa del autor, lo que nos lleva a pensar que Longchapmps tuvo la preocupación de recaudar el máximo de beneficios, ya que el mapa se facilitaba tanto al público francés como al español, destinatario lógico del mismo.

A partir de esta imagen se compusieron dos mapas dedicados al rey José I y realizados específicamente para el público portugués: el primero editado en Lisboa en 1763 por el marchante francés Julião Guillot, con el título Carta geographica do reyno de Portugal…; el segundo, editado en 1764, también en Lisboa, con el mismo título lo edita Joseph Augustinho Borel, otro famoso librero francés establecido en Portugal40.

En el Atlas Universel de la Biblioteca Municipal de Coimbra se añade a estos mapas la imagen de la frontera hispano-francesa del mapa de Nicolas de Fer (1646-1720) Les frontieres de France et d´Espagne… de 1705. Desde muy temprano la frontera pirenaica fue motivo de fuertes tensiones geopolíticas entre las coronas de España y de Francia y, a menudo, escenario de enfrentamientos bélicos. Las primeras tentativas de representación cartográfica de los límites entre estos dos reinos datan del siglo XVII. Eran mapas impresos, por iniciativa francesa, que se editaron en el momento de las guerras con España41.

Así, tras el inicio de la Guerra de los Segadores en Cataluña en 1642 y la proclamación de Luis XIII como conde de Barcelona, Melchior Tavernier (1594-1665) edita dos mapas que incluyen la representación de la frontera pirenaica. El trazado de la misma se alteró profundamente con el Tratado de los Pirineos en 1659, por el que Francia se anexa el Rosellón, el Conflent y parte de la Cerdaña. A pesar de ello, el conjunto de la frontera mereció una vez más la atención cuando volvió a estallar la guerra en 1675. Por ello, la casa Sanson juntamente con Jaillot, valiéndose del material de Tavernier, edita el mapa Les monts Pyrenées ou sont remarqués les passages de France en Espagne.

En 1694, en plena Guerra de la Liga de los Augsburgo y en un momento en que varias ciudades de Cataluña estaban ocupadas por el ejército francés, Nicolás de Fer edita por vez primera el mapa que incluye este atlas, el cual será reeditado once años más tarde, cuando, en España, se está trabando la Guerra de la Sucesión, aprovechando mucho material cartográfico que ya existía.

Debido a la falta de detalle y de exactitud de estos mapas, y a que el territorio cartografiado estaba constituido por relieve montañoso, las autoridades militares francesas proponen que se realice un mapa más detallado que se base en el estudio de terreno con mediciones rigurosas. Así, surge en 1730 la Carte générale des Monts Pyrénées et partie des royaumes de France et de Espagne, obra de Roussel y La Blottière, dos discípulos del Mariscal de Francia e Ingeniero Militar Sébastien Le Preste de Vauban42. El interés de incluir en esta colección de mapas una representación de la frontera pirenaica de finales del siglo XVIII puede deberse a la participación portuguesa en la llamada Campaña del Rosellón en 1793-9543.

La única representación urbana incluida en este atlas facticio es una planta de Madrid con la indicación de que la había grabado Pierre François Tardieu (1711-1771), aunque la autoría se deba a su sobrino Antoine François Tardieu (1757-1822). Esta imagen de la villa y corte grabada por Tardieu y por Dubuisson (responsable por las letras) se incluye en la obra Atlas Nouveau del geógrafo francés Édme Mentelle (1730-1816), editado aproximadamente en 1782. Para su composición el autor utilizó fuentes cartográficas directas, las plantas de Chalmandrier de 1761, la de Espinosa de 1769 y, probablemente, la de Tomás López de 1785.

Posteriormente, esta versión de la planta de Madrid (ahora sin la indicación de la colaboración de Dubuisson) se reprodujo en otras obras: aparece en uno de los tres volúmenes del Nouveau voyage en Espagne, ou tableau de l´état actuel de cette monarchie de Jean François de Bourgoing, editada por Regnault en 1789. En ella Tardieu fue el responsable por el grabado del mapa de la Península Ibérica. En 1804 Antoine Tardieu colabora, de nuevo, con el geógrafo Édme Mentelle y graba varios mapas que formaron parte del atlas Cours complet de cosmographie, de géographie, de chronologie et d´histoire ancienne et moderne: Atlas de tableaux et de cartes, en dos tomos, entre los que constaba un mapa de la Península Ibérica y un mapa de Portugal con la indicación “Tardieu Sculp”.

Rigobert Bonne (1727-1794) nace en un pueblo cerca de Sedan, en las Ardenas francesas. Estudió matemáticas, pero se destacó como ingeniero militar cuando participa en la Guerra de Sucesión de Austria44. Tras la corta carrera militar, se establece en París y se dedica a la docencia de las matemáticas, pero enseguida se interesa por los trabajos geográficos, sobre todo, en el área de la cartografía, lo que le lleva, más tarde, a perfeccionar una proyección cartográfica que recibe su nombre y que se utiliza para realizar la Carte du État Majeur, resultante del estudio topográfico de Francia en la escala ca. 1: 80 000. Bonne fue el responsable por la realización de algunos mapas que integraron el Atlas Moderne de Jean Lattré, editado en 1762, año en que realiza también el Atlas Maritime.

En 1775, sucede a Giovanni Rizzi-Zannoni como “Premier Hydrographe du Dêpot des Cartes et Plans de la Marine”, institución que tenía el monopolio de la producción de la cartografía hidrográfica francesa. Aún así, Bonne no deja la cartografía terrestre, colaborando activamente con algunos libreros de París en la edición de mapas y atlas y usando, en muchas ocasiones, su título de “hidrógrafo de la marina”.

Con fecha de 1780 sale a la luz la primera edición de su Atlas Portatif o Atlas de Toutes Parties Connues du Globe Terrestre, obra que acompañaba a la Histoire Philosophique et Politique des Etablissements et du Commerce des européens dans les deux Indes, del abad Raynal, con el que obtuvo gran fama. El Atlas Encyclopédique se editó en dos tomos, en 1787 y 1788 en colaboración con Nicolas Desmarets (1725-1815), un geólogo francés que utilizaba los mapas como apoyo a sus investigaciones45.

En su Atlas Encyclopédique, Bonne, como ya lo hizo en otras obras, redacta un texto introductorio en el que aparece la lista de las fuentes utilizadas para la composición de cada uno de los mapas. La Península Ibérica forma parte del “Article IV” en donde se identifica el nombre de los 20 autores consultados y sus respectivas obras46.

En lo concerniente a la “Geografía Antigua” que se relaciona con la Hispania romana, se registra un solo mapa: Hispania Vetus. La “Geografía Moderna” se expone en 7 mapas de diferentes escalas, aunque presentan la misma estructura general: se inscriben en una doble escuadra, en la que la interna se gradúa en latitud y longitud; no presentan cartela; el autor se identifica como “Ingr. Hydrographe de la Marine”; y poseen un conjunto de seis escalas gráficas con diferentes unidades de medida, adaptadas a los lectores franceses, españoles y portugueses. En la parte superior derecha figura el número del mapa, y en la parte inferior aparece el nombre del grabador “André” y, en algunos casos, se menciona el nombre del dibujante “Herrison”.

El mapa titulado Le Royaume d´Espagne et celui de Portugal corresponde al conjunto de la Península Ibérica. El autor, sobre una base compuesta por la red hidrográfica y algunas cordilleras montañosas, señala las principales localidades y marca los límites políticos y las divisiones provinciales internas.

La descripción cartográfica de Iberia continúa en el mapa del Norte de la Península en el que se incluyen Galicia, Asturias, el Reino de León, Castilla la Vieja y Vizcaya, y cuyos límites se señalan con líneas discontinuas. Entre los aspectos del fondo del mapa se destaca la representación de las cordilleras que delimitan las principales cuencas hidrográficas. El Norte peninsular se completa con el mapa de los reinos de Aragón y Navarra, y con el principado de Cataluña.

La parte occidental de la Península la ocupa el Reino de Portugal. A primera vista, esta imagen parece una copia del mapa compuesto por Rizzi-Zannoni en 1762 y que se integra en el Atlas Moderne editado por Jean Lattré, proyecto que contó con la colaboración de Bonne. El centro y el Sur de la Península Ibérica están representados por los mapas de Castilla la Nueva y el Reino de Valencia, y Andalucía y los Reinos de Granada y Murcia que presentan las mismas características generales de los anteriores.

El último territorio ibérico representado es el archipiélago de las islas Baleares o Isles Mayorque, Minorque et Yvice. Además de las islas mencionadas y de la costa valenciana, el mapa incluye una ventana con la planta del puerto de la ciudad de Mahón, todos ellos locales estratégicos para el control de la navegación mediterránea – tema muy importante para el Depósito de la Marina francesa -, lo que explica la atribulada historia de Menorca en el siglo XVIII, sucesivamente ocupada por diversos países extranjeros. En cualquier caso, parece que se trata de una copia de un ejemplar anterior, posiblemente de la época de la ocupación francesa (1756-1763), y no de una planta actualizada en el momento que España recobra la soberanía sobre la isla.

Este Atlas se compone también de los mapas de los archipiélagos de Canarias, de Madeira y de las Azores. Por el papel estratégico que desempeñaban estos territorios en la navegación transatlántica, no es de admirar que fuera el propio Bonne el que delineara los mapas de las Azores y de Canarias, valiéndose muy probablemente de numerosas fuentes cartográficas de cariz hidrográfico que se encontraban disponibles en el Depósito de la Marina.

Finalmente, los modestos Mappas das Provincias de Portugal son obra de João Silvério Carpinetti (1740-1800), un impresor portugués de origen italiano que ejerció su actividad en Lisboa entre 1757 y, al menos, 1767, destacándose por la impresión de grabados religiosos y de retratos, con la técnica del aguafuerte.

La colección de mapas regionales, que reúne el pequeño volumen editado en 1762, se la dedicó al Conde de Oeiras, más tarde Marqués de Pombal. Se trata de un buen ejemplo de la producción cartográfica impresa en Portugal en la segunda mitad del siglo XVIII.

El autor completa el título de Mappas das Provincias de Portugal con el subtítulo “novamente abertos, y estampados en Lisboa”, lo que indica que se trataría de imágenes hechas a partir de material existente. Así en la “advertencia” a modo de introducción, Carpinetti añade que, sabiendo de la falta de mapas provinciales decide retocar los mapas existentes que serían los de Charles de Garndpré incluidos en el segundo volumen de la obra Geografia Histórica de todos os Estados Soberanos da Europa de Luis Caetano de Lima, editado en 1736, aunque originalmente se imprimieron en 173047. Su principal preocupación fue corregir la localización de los lugares cartografiados, sin embrago, ya que ello iba a implicar un nuevo estudio sobre valores de coordenadas geográficas, el autor acabó por admitir que no corrigió la totalidad de los errores.

El ambiente de amenaza de invasión territorial y de guerra en 1762 hizo aumentar la demanda de los mapas de las provincias por parte del público portugués. El propio autor refiere que una de las razones que lo impulsaron a reeditar las cartas fue que “todos las buscaban”. Prueba de ello fue el hecho de que se vendieron libremente en la tienda de Francisco Manuel, en Lisboa, y de que fueron reeditadas al poco tiempo, dedicadas al Marqués de Pombal.

Es muy posible que el autor haya previsto este éxito y, por ello, juntara una “Illustração” a los Mapas das Províncias de Portugal en la que daba consejos y explicaciones sencillas sobre la lectura e interpretación de los mismos, en particular del uso del petipè y añade también una breve descripción de cada una de las Provincias del Reino.

El conjunto de mapas impresos que acabamos de comentar, es un buen ejemplo para evaluar las características de la cartografía del siglo XVIII. Evidenciamos algunos aspectos que a menudo escapan al gran público que, con frecuencia, sólo retiene la vertiente estética de los documentos: la relación entre mapas y textos; la contextualización de las imágenes en monografías, colecciones o atlas; la importancia de las fuentes, cartográficas o no, y su cronología; la datación y autoría(s) de cada mapa; las condiciones de la producción técnica; los circuitos editoriales y de distribución y, finalmente, los lectores y sus lecturas. Teniendo en cuenta la larga vida de estos peculiares documentos, el lector de la Biblioteca Municipal de Coimbra tendrá la oportunidad de hacer su propia interpretación, sabiendo que se trata de información reunida, trabajada y divulgada con objetivos específicos y en un contexto cultural determinado.

Bibliografia

BORGES, António Vieira (2000): Intervenções Militares Portuguesas na Europa do século XVIII. Uma análise estratégica. São Pedro do Estoril, Atena.

BURGUEÑO RIVERO, Jesús (2007): «El repte cartogràfic del Pirineu. El mapa de Roussel i La Blottiére (1730)». Mètode-Revista de Difusió de la Investigació de la Universitat de Valéncia, 53: 97-103.

CAPDEVILA I SUBIRANA, Joan (2009): Historia del Deslinde de la Frontera Hispano-Francesa. Del Tratado de los Pirineos (1659) a los Tratados de Bayona (1856-1868). Madrid, Instituto Geográfico Nacional.

CHAPUIS, Olivier (1999): À la mer comme au ciel: Beautemps-Beaupré & la Naissance de l’Hydrographie Moderne (1700-1850). Paris, Presses de l’Université de Paris-Sorbonne.

COUTINHO, Ana-Sofia (2007): Imagens Cartográficas de Portugal na primeira metade do século XVIII. Porto, Faculdade de Letras da Universidade do Porto.

DOMINGOS, Manuela D. (2000): Livreiros de Setecentos. Lisboa, Biblioteca Nacional.

FARIA, Ana Leal de (2008): A Diplomacia Portuguesa de 1640 a 1815. Lisboa, Tribuna da História.

FONTAINE, Laurence (1992): «Migrations: espace et identité », Bulletin du Centre Pierre Léon d’Histoire Économique et Sociale, 2-3-4: 53-66.

GARCIA, João Carlos & MOREIRA, Luís Miguel (2008) : «El Geógrafo trabaja en su casa : espaços portugueses na produção cartográfica de Tomás López». Península. Revista de Estudos Ibéricos, 5 : 103-125.

GUEDES, Fernando (2012): Livreiros Franceses do delfinado em Portugal no século XVIII. Lisboa, Editorial Presença.

GUINARD, Jacques (1957): «Le livre dans la Péninsule Ibérique au XVIIIe siècle. Témoignage d’un libraire français». Bulletin Hispanique, 59, 2: 176-198.

KONVITZ, J. W. (1987): Cartography in France (1660-1848). Science, Engineering, and Statecraft. Chicago, The University of Chicago Press.

LOUREIRO, José Pinto (coord.) (1923-1924): Arquivo Coimbrão: Boletim da Biblioteca Municipal. Coimbra, Biblioteca Municipal.

MARQUES, Miguel da Silva (2001): Tabela de Equivalência de Medidas. Lisboa, Biblioteca Nacional.

MOREIRA, Luís Miguel (2012): Cartografia, Geografia e Poder: o processo de construção da imagem cartográfica de Portugal, na segunda metade do século XVIII. Braga, Instituto de Ciências Sociais da Universidade do Minho.

PEDLEY, Mary Sponberg (1979): «The Subscription List of the 1757 Atlas Universel: A Study in Cartographic Dissemination». Imago Mundi, 31: 66-77.

PEDLEY, MARY SPONBERG (1992): Belle et utile: the work of Robert Vaugondy Family of mapmakers. [Londres], Map Collector Publications.

PETTO, Christine Marie (2007): When France Was King of Cartography: The Patronage and Production of Maps in Early Modern France. Lanham, Lexington Books.

RECIO ESPEJO, José Manuel (2006): «Guillermo Bowles: un naturalista por la España de mediados del siglo XVIII». Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 150: 69-79.

SAENZ GARCIA, J.A. (2004): Gipuzkoa en el siglo XVIII a la luz de la obra de Tomás López. Donostia, Instituto Geográfico Vasco.

STRUGNELL, Anthony (dir.) (2010). Guillaume-Thomas Raynal & Rigobert Bonne Tableaux, atlas et cartes de l’Histoire philosophique et politique des établissements et du commerce des Européens dans les deux Indes. Fac-similés des éditions de 1774 et 1780. Ferney-Voltaire, Centre International d’Étude du XVIIIe Siècle.

VICENTE MAROTO, Maria Isabel (2010): «El Gran Teatro del Mundo. ‘Theatrum Orbis Terrarum’» in Imago Mundi. Mapas & Imprenta, coord. Mariano CUESTA DOMINGO & Miguel LUQUE TALAVÁN, Madrid, Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla”: 158-183.

Notas

1. Al igual que ocurre con otras colecciones especiales, la cartografía antigua, a pesar de la curiosidad que despierta, ocupa en las bibliotecas que tienen responsabilidades en la preservación del patrimonio bibliográfico, una posición secundaria frente a otros núcleos. Se desconoce si ha habido otros factores que hayan contribuido al olvido de esta colección. Sin embargo, sabemos que la descripción biblioteconómica de los mapas fue una de las causas.

2. Este mapa representa las actuales regiones de Liguria, Lombardía y Piamonte, siendo de autoria y fecha desconocida.

3. Dressé pour l´Histoire Philosophique et Politique des établissements et du commerce des européens dans les deux Indes. Esta obra de Guillaume-Thomas Raynal fue publicada A Geneve: chez Jean-Leonard Pellet, 1782. 10 vol.

4. El Atlas Encyclopédique, en dos volúmenes, forma parte de Encyclopédie Méthodique de Charles-Joseph Panckoucke [et al.]. Paris: Liège, 1782-1832. Editado treinta años después de la obra de los Vaugondy, es más completo en la cobertura geográfica y estéticamente es más depurado.

5. El Atlas Russicus, con la contribución de Joseph-Nicholas Delisle, es el primer atlas completo de Rusia.

6. Se entiende por serie cartográfica un conjunto de hojas de un mapa con las mismas características, es decir, con dimensión y escala uniformes y numeración sistemática. Se destacan: Carte Chorographique de la Bohême (1757), la Carta Corografica degli Stati di S.M. il Re di Sardegna (1772).

7. La verdadera dimensión de esta colección se omitía en la descripción de las notas catalográficas, la cual con la designación de Atlas Universel de Robert de Vaugondy, reunía un conjunto mucho más vasto.

8. Los volúmenes presentan la siguiente repartición geográfica: tomo 1: mapas-mundo, mapas históricos, mapas generales, continentales, europeos y de la Península Ibérica; tomo 2: Francia, Suiza, Luxemburgo, Bélgica y Países Bajos; tomo 3: Italia, islas del Mar Tirreno y Malta; tomo 4: Alemania, Bélgica y Austria; tomo 5: Alemania; tomo 6: Alemania, Austria, Eslovenia; tomo 7: Europa Central y del Este; tomo 9: Islas Británicas, Escandinavia, Países Bálticos, Europa del Este y Mediterráneo Oriental. El volumen octavo se atribuye en el libro de registro de la Biblioteca Municipal de Coimbra al Atlas Silesiae.

9. Se constata que estos mapas comparten tarlatanas que pertenecen a los núcleos iniciales.

10. Sobre el mapa Asie Mineure, no se ha podido averiguar cuál es el título correspondiente. Las cinco cartas de las Routes des Postes, de Alemania, España y Portugal, Francia, Inglaterra-Escocia-Irlanda e Italia descritas en M. PEDLEY, 1992 y que forman parte de los ejemplares conocidos del Atlas de Robert de Vaugondy, de 1757, no están subscritas.

11. “Inventario de los libros existentes en el Archivo del Ayuntamiento que en esta fecha se entregan al director de la Biblioteca Municipal”. Cota:BMC/CAT

12. J. P. LOUREIRO, 1923-1924:13.

13. Pinto Loureiro «[…] se dirigió verbalmente y por escrito a diversas empresas editoriales, a los autores, a los directores de periódicos y revistas, y a conocidos que tenían librerías, a todos les pide que contribuyan a enriquecer la biblioteca que está naciendo». (1923-1924:13).

14. Como se ha indicado, el documento de apertura servía para describir por orden cronológico todas las donaciones, compras de libros y obras incorporadas a la Biblioteca Municipal de Coimbra.

15. La Encyclopédie Méthodique con 190 volúmenes, de la que el atlas forma parte, está registrada en el libro de «Registro de obras donadas», el día 28 de mayo de 1924, con los nº de registro 6962 a 7151. Esta obra no consta en el catálogo de la mencionada subasta.

16. Esta obra perteneció a Abílio Augusto da Fonseca Pinto (1831-1893), según el sello de pertenencia al que se añade «24 de Septiembre de 1871». Diplomado en Derecho por la Universidad de Coimbra, en 1852, colaboró en diversos periódicos científicos y literarios publicados en Coimbra: Instituto, Recreio Juvenil, Litteratura Illustrada, Estrea Litteraria, Preludios Litterarios, Íris.

17. Institución creada en la Primera República (1910-1926) al extinguir las órdenes y congregaciones religiosas el Gobierno Provisional por el Decreto del 8 de octubre de 1910, con la finalidad de reunir los bienes de estas instituciones. La distribución de los libros empezó a hacerse tras la publicación del Decreto nº 18:769, del 18 de agosto de 1930.

18. Atribuidos los números de registro 13.176 a 13.185.

19. Durante el mes de julio se registran más de 1100 obras del Arquivo das Congregações, con la anotación «donado».

20. Silva Gaio fue uno de los paladinos del neo garretismo o neo lusitanismo o neo romanticismo, una figura de transición entre la Generación del 70 y la Generación del 90.

21. Esta obra está registrada en el libro nº 6 do «Registro de Obras Entradas», habiéndosele atribuido el n.º 55055.

22. El núcleo bibliográfico de la biblioteca de Silva Gaio se llevó a la Galería de las Donaciones de la Biblioteca Municipal de Coimbra, inaugurada en 2003.

23. El tipo de equipo que se utilizó, máquina fotográfica SINAR P2 con back digital acoplado, ha permitido obtener imágenes a escala 1:1 con una resolución de 300 dpi’s.

24. La restauración la realizó la empresa Traça Pombalina y el responsable fue Vasco Antunes.

25. Método ya adoptado en el siglo anterior, desde 1663, por Nicolás Sanson para dar respuesta al proyecto del ministro Colbert de promover un inventario geo-cartográfico de Francia. Joseph CONVITZ, 1987: 1-2.

26. Christine Marie PETTO, 2007: 57-97.

27. Algunos de estos autores se enzarzaron en disputas legalistas contra ciertos editores cartógrafos que se llamaban a sí mismo “geógrafos”, pero que no hacían otra cosa que copiar o plagiar muchas de las obras ya existentes, poniendo en causa las bases científicas de la profesión. Ver Christine Marie PETTO, 2007: 143-175.

28. Laurence FONTAINE, 1992: 55.

29. Acerca del trabajo cartográfico de esta familia, sobre todo sus datos biográficos y profesionales, ver Mary PEDLEY, 1979 y 1992.

30. Jacques GUINARD, 1957: 176-198. Baudet ya había intentado editar un atlas en 1746 habiendo contratado para ello el servicio de dos grabadores especialistas en temas geográficos y al ingeniero hidrográfico Nicolás Bellin. El proyecto no se llevó a cabo porque Philippe Buache demandó a Baudet por plagiar los mapas de Delisle de quien Buache era heredero. Este hizo críticas públicas a los Vaugondy por asociarse a un librero e inviabilizó la participación de los geógrafos en la edición de los mapas. Cf. Christine PETTO, 2007: 161-167

31. Delahaye colaboró también con otro importante geógrafo francés contemporáneo de los Vaugondy, Jean Baptiste Bourguignon d´Anville.

32. Mary PEDLEY, 1979 y 1992.

33. Ana Leal de FARIA, 2008: 262.

34. Fueron estos dos libreros franceses los que suministraron los libros a algunas de las bibliotecas de D. João V. Manuela DOMINGOS, 2000: 101.

35. El atlas facticio de la Biblioteca Municipal de Coimbra no incluye el mapa de caminos y vías de comunicación y de postas de la Península Ibérica.

36. João Carlos GARCIA y Luís Miguel MOREIRA, 2008: 103-125.

37. José Manuel RECIO ESPEJO, 2006: 69-80.

38. Sobre la obra cartográfica y geográfica de la Provincia de Guipúzcoa de Tomás López de Vargas, ver Juan Antonio SÁEZ GARCÍA, 2004.

39. La Guerra Fantástica se inscribe en un conflicto mayor, la Guerra de los Siete Años que opuso las coronas de España y Francia, unidas por el Pacto de Familia, a las de Portugal y Gran Bretaña. La Guerra se inició con una invasión militar española por la frontera de Tras-os-Montes en Mayo de 1762, la cual fue controlada con la ayuda militar prestada por Gran Bretaña.

40. Luís Miguel MOREIRA, 2012: 167-168.

41. Ver Jesús BURGUEÑO, 2007.

42. Sobre la representación de la línea de la frontera hispano-francesa en los siglos XVII-XVIII, ver los capítulos II y III de la tesis doctoral de Joan CAPDEVILLA SUBIRANA, 2001.

43. Sobre este conflicto ver António Vieira BORGES, 2000: 171-214.

44. Lo esencial sobre la vida de Rigobert Bonne, que presentamos aquí, se obtiene a partir de la lectura de las obras de Olivier CHAPUIS, 1999 y de Anthony STRUGNELL, 2010.

45. Ver M. I. VICENTE MAROTO, 2010: 182.

46. Entre los cuales, 8 son franceses, 4 españoles, 4 portugueses, 1 alemán, 1 inglés y 1 italiano.

47. Ver Ana-Sofia Coutinho, 2007.