La Biblioteca Nacional de España conserva un importante número de materiales cartográficos, mapas, altas, postales, folletos turísticos que requieren de un almacenamiento apropiado y una adecuada manipulación

El trabajo “entre bambalinas” que se desarrolla para poner a disposición del usuario los recursos cartográficos, ya sea a través de la digitalización, o ya sea para su consulta en sala, es un trabajo complejo y laborioso, desconocido y anónimo.

Esta presentación procurará dar visibilidad a este trabajo invisible pero imprescindible para la difusión de los materiales cartográficos y lo hará mostrando la dificultad del día a día de una jornada de trabajo.

 Introducción

El acceso a la información es la piedra angular que rige todo el trabajo bibliotecario. La finalidad de esta ponencia es mostrar las acciones que se llevan a cabo una vez que los materiales cartográficos en la Biblioteca Nacional de España han sido catalogados y clasificados. La descripción bibliográfica, herramienta fundamental para que el usuario, principio y fin de la idiosincrasia de una biblioteca, pueda acceder al patrimonio documental, sería insuficiente si no se realizase una serie de tareas posteriores, como la asignación de una signatura, que permita recuperar las obras para su posterior consulta, y el movimiento o traslado de estas obras cuando son solicitadas. Vamos a centrarnos en este último punto y vamos a analizar el trabajo diario del personal bibliotecario mostrando la complejidad que existe a la hora de manipular un material tan diverso como es el material cartográfico.

Ubicación del material cartográfico

El traslado de los materiales cartográficos en la Biblioteca Nacional de España se produce por cuatro motivos principalmente: trabajo propio del servicio de cartografía, consulta en sala, digitalización y exposiciones. Estas cuatro acciones suponen un movimiento diario que precisa de unos recursos adecuados, tanto materiales como humanos, que actúan en conjunto y contribuyen al desarrollo óptimo de la tarea encomendada.

Uno de los principales recursos materiales, necesarios para la circulación del material cartográfico, afecta al mobiliario. Un mobiliario que permite un almacenamiento apropiado, que favorece una buena conservación y que posibilita un transporte adecuado de los documentos.

Composició de diversos documents cartogràfics antics

La variedad del material cartográfico determina la forma de su almacenamiento y además requiere de una serie de herramientas adecuadas e indispensables para el movimiento de cada uno de ellos. A continuación, examinaremos los medios necesarios para su manipulación y transporte.

El material cartográfico por antonomasia son los mapas. Los mapas se conservan en muebles verticales, también llamados planeros. En los cajones de los planeros se pueden guardar un número limitado de mapas, el número oscila dependiendo del tamaño (pequeño, grande o extragrande), o de si se conservan o no en carpetillas o en fundas de polietileno, o si están o no entelados. Todas estas variables influyen ya que los mapas apilados en un cajón de un planero pesan y pesan mucho y este peso añade una mayor dificultad a su manipulación. Si se necesita sacar un mapa, para realizar una de las cuatro acciones antes mencionadas, hay que tener en cuenta si el mapa está colocado en primer lugar, o en el medio, o es el último del cajón, o si este cajón está situado en la parte de arriba del planero o si es el mapa el que se encuentra en el cajón a ras de suelo. También condiciona a la hora de extraer el mapa si éste está guardado en carpetilla, en funda de “mylar” (funda de polietileno) o sin ninguna protección añadida. Si en el primer cajón de un planero, donde se conservan 60 mapas, se debe sacar el último guardado en una carpetilla se necesita un carro elevador, una mesa auxiliar, y la habilidad del personal bibliotecario del servicio de cartografía.

Moble horitzontal per guardar mapes plans

Algunos mapas se conservan y guardan plegados y aunque lo ideal sería desdoblarlos y mantenerlos extendidos, por motivos de espacio o para mantener la intencionalidad del editor se conservan en cajas, doblados. Estas cajas se colocan en vertical en las estanterías y aunque la acción de abrir una caja y extraer un mapa es relativamente sencilla, no lo es tanto la tarea de desdoblarlo y doblarlo. La experiencia es la misma que cuando se despliega un prospecto de un medicamento y se quiere volver a guardarlo exactamente igual que cuando se sacó: frustrante.

Otros mapas permanecen enrollados debido, en su mayoría, a su tamaño. Se guardan en cajas de conservación hechas a medida que garantizan su protección cuando reposan en las estanterías o cuando se trasladan de un lado a otro. El movimiento y la consulta de estos mapas requieren de unos carros adecuados que posibiliten su desplazamiento con facilidad debido a las dimensiones peculiares de los mismos y de un mobiliario habilitado para poder favorecer de manera adecuada su consulta.

Prestatgeries horitzontals per guardar mapes

Aunque, como ya se ha dicho, los mapas son el material cartográfico por excelencia, el mundo se presenta también a través de otros materiales tan notables como son los atlas lo cuales constituyen una parte importante de los fondos cartográficos de la BNE. El tamaño de los mismos varía, desde el pequeño atlas escolar que mide poco más de 10 cm hasta los grandes atlas del siglo XVI. Los atlas se colocan en estanterías y según su tamaño se orientarán de manera vertical u horizontal. La manipulación de los mismos dependerá no sólo de su tamaño sino del lugar que ocupe en el estante. Al igual que en los mapas, la disposición de los atlas en una balda superior o en una balda inferior conformará la manera de abordar su manejo. Tanto es así que, aunque se tenga la suerte de poseer todas las herramientas necesarias a nuestro alcance para manipular y trasladar estos materiales, serían insuficientes si el trabajo lo tuviera que abordar una sola persona.

Sin embargo, el material cartográfico no solo se compone de mapas y altas, el material cartográfico es muy diverso y rico como, por ejemplo, folletos turísticos, esferas o globos terrestres, postales geográficas, fotografías aéreas, libros de referencia cada cual conservado en un mobiliario y un material de protección adecuados a sus características y condiciones. Los folletos turísticos se guardan en cajas, normalmente en fundas de polietileno, colocados en estanterías. Los globos terrestres se conservan protegidos en vitrinas. Las postales geográficas están custodiadas en muebles de gran tamaño con un sistema rotativo vertical de gran capacidad de almacenamiento, compuesto por una especie de noria integrada por gavetas dispuestas en filas. Las fotografías aéreas se atesoran en cajas de protección guardadas en depósitos acondicionados para la conservación del material fotográfico. Los libros de referencia, según su tamaño y altura, están colocados vertical u horizontalmente en estanterías. El traslado de un lado a otro de todo este material, por sus características propias, quizá parezca más sencillo que el manejo de los atlas o los mapas, pero aunque pudiera ser así es imprescindible la ayuda del equipo necesario (carros, mesas auxiliares, etc.) a la hora de ser transportados.

Mobiliario para el transporte del material cartográfico

Hasta ahora se ha intentado ilustrar cómo se guardan, dónde se guardan, la importancia del tamaño y peso y la significación en la ubicación de los materiales cartográficos. Se ha hablado de la necesidad de un mobiliario para su adecuada manipulación y de un moblaje apropiado para un transporte adecuado. ¿Pero cuál es ese mobiliario específico? Este mobiliario es muy variado.

Imprescindibles son los carros. Éstos son de diversos tamaños y formas, útiles y esenciales para el transporte de atlas, obras de consulta, gavetas de postales e indispensables a la hora de acceder a los cajones más altos del planero o a las baldas situadas en la parte superior de las estanterías. Estos carros son o en forma de bañera o de cuna o también divididos normalmente 3 en estantes profundos y resistentes. El carro elevador permite la manipulación con seguridad de los mapas en los cajones más altos del planero tanto a las personas de estatura media-baja como a las personas más altas.

Dos carros de mitja alçada de dos pisos cada un amb carpetes per transportar

Un objeto fundamental para transportar mapas son las carpetas. Las hay de diferentes medidas, ajustadas a los múltiples formatos de mapas que existen. La mayor de las carpetas que se usan en la BNE mide 100 x 140 cm y es una de la más utilizada en el transporte de este tipo de material. El manejo de estas carpetas es complicado y a veces es necesario la ayuda de un carro específico ya que, aunque se pueden llevar bajo el brazo, utilizando un agarradero situado en la mitad de uno de los lados o por las asas, el manejo de las mimas está supeditado a la cantidad de mapas que se transporten o la estatura de la persona que lo porte. Por lo tanto, el uso de un carro específico, denominado coloquialmente en la BNE “carro sándwich”, es fundamental para esta tarea.

Carro transportant carpetes grans de mapes

Otro mueble fundamental, para facilitar y obtener mejores rendimientos a la hora de trabajar con los materiales cartográficos, son las mesas auxiliares con ruedas. Se pueden usar para colocar los mapas, antes de guardarlos en el planero, para mover el material de un lado a otro dentro del depósito, ahorrando así tiempo y esfuerzo, o como mesa de trabajo para introducir los mapas en fundas de polietileno y carpetillas. Estas fundas y carpetillas aumentan el volumen y el peso de los mapas por lo que hay que tener en cuenta esta variable a la hora de gestionar el número de mapas que puede contener en un cajón, sin embargo el uso de estos materiales de protección tanto para su conservación como para su manipulación es incuestionable.

El trabajo diario

El trabajo continuo que realizan diariamente los bibliotecarios del servicio de cartografía, la descripción bibliográfica, la fijación de una signatura, la protección del material cartográfico, la ubicación de los documentos en su emplazamiento definitivo y la consulta de dicho material por los usuarios en la sala de investigadores aumenta cuando se aprueban proyectos de digitalización masiva o cuando se organiza o se participa en una exposición. Son muchas los procedimientos que se deben realizar, para que el documento vuelva a su lugar de guarda, desde el mismo día en que se selecciona:

  • Elaborar los listados y rellenar las fichas correspondientes de los materiales que se deben sacar.
  • Ir al depósito.
  • Retirar o extraer, uno a uno los documentos, y si fuera necesario protegerlos con carpetillas, tisús, cajas de conservación, fundas de polietileno.
  • Utilizar carros o carpetas para trasladar el material a la sala de consulta o al área de digitalización o a la zona de tránsito de las exposiciones.
  • Control y seguimiento de las piezas trasladadas.

Dos tècnics manipulant documents cartogràfics antics

Concluida la consulta, realizada la digitalización y finalizada la exposición, los materiales regresan a su emplazamiento habitual. Los pasos son los mismos, pero en sentido inverso. Los materiales cartográficos retornan a los depósitos, transportados, guardados, manipulados y conservados gracias a un mobiliario adecuado y a un grupo de personas que actúan como un todo.

Conclusión

Por lo tanto, cuando se consulta un mapa o un altas en la Sala Goya de la Biblioteca Nacional o cuando desde nuestras casas se accede a la digitalización del documento a través de la Biblioteca Digital Hispana o cuando se recorren los pasillos de una magnífica exposición, como fue “Cartografías de lo desconocido” en el año 2016, el investigador o el visitante no imagina el recorrido que realiza cada pieza, mapa, atlas, postal, folleto hasta llegar a sus manos, a sus ojos, a sus sentidos. En este artículo hemos intentado acercarles un poquito a ese trabajo que el bibliotecario realiza “entre bambalinas” para cumplir el objetivo de nuestra profesión: facilitar el acceso a la información.

Bibliografía

GARCÍA CALATAYUD, Carmen (2020): Anécdotas de un cartotecario. Madrid, El Blog de la BNE.

CHACÓN DEL PINO, Isabel; DÍAZ SÁNCHEZ, Ángeles (2017): El mundo en nuestras manos o cómo manipular el material cartográfico. Madrid, El Blog de la BNE.